30 de noviembre de 2009

Ni lo intentes

Preciosa, mientras no sepas ser clara, tu silencio es el mejor argumento para no sacarte definitivamente de mi vida.

28 de noviembre de 2009

Las cosas de la manera que son

"No te quiero perder, me hiciste muy bien en estos días, me moviste cosas que no sabía que había adentro mío, y lo seguís haciendo en este momento porque me pusiste en la cara el gran problema que tengo yo conmigo misma que es no saber ser clara, no saber transmitir las cosas de la manera que son"

No escojas sólo una parte,
tómame como me doy,
entero y tal como soy,
no vayas a equivocarte.

Soy sinceramente tuyo,
pero no quiero, mi amor,
ir por tu vida de visita,
vestido para la ocasión.
Preferiría con el tiempo
reconocerme sin rubor.

Cuéntale a tu corazón
que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés,
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.

Nunca es triste la verdad,
lo que no tiene es remedio.

Y no es prudente ir camuflado
eternamente por ahí,
ni por estar junto a ti
ni para ir a ningún lado.

No me pidas que no piense
en voz alta por mi bien,
ni que me suba a un taburete
si quieres, probaré a crecer.
Es insufrible ver que lloras
y yo no tengo nada que hacer.

Cuéntale a tu corazón
que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés,
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.

Nunca es triste la verdad,
lo que no tiene es remedio.*

*Sinceramente Tuyo - Joan Manuel Serrat

25 de noviembre de 2009

El Arte del Conocimiento

"Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve... Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor... Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas."*
*Philippus Aureolus Bombast von Hohenheim, conocido como Teofrasto Paracelso

24 de noviembre de 2009

Quiero

Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confí­es en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi.
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas que hoy, hoy podés contar conmigo,
sin condiciones.

Jorge Bucay

Quiero Aprender

Quiero aprender a oírte sin juzgarte,
Quiero que me enseñes a opinar sin darte consejos,
Quiero aprender a confiar en mí sin exigirme,
Quiero enseñarte a ayudarme sin intentar decidir por mi,
Quiero aprender a cuidarte sin anularte,
Quiero que me enseñes a mirarte sin proyectar cosas en ti,
Quiero que aprendas a animarme sin empujarme,
Quiero enseñarte a abrazarme sin asfixiarme,
Quiero aprender a sostenerte sin hacerme cargo de ti,
Quiero que me enseñes como protegerte sin mentiras,
Quiero aprender a acercarme a ti sin invadirte,
Quiero que aprendamos a aceptar las cosas del otro que más nos disgusten, tanto como para no pretender cambiarlas,
Quiero que hoy, después de lo aprendido yo de ti y tu de mi, seamos capaces de elegirnos otra vez sin condiciones.

Jorge Bucay

22 de noviembre de 2009

Por ahí estás

21 de noviembre de 2009

A la Orilla de La Chimenea

Puedo ponerme cursi y decir, que tus labios
me saben igual que los labios que beso en mis sueños.
Puedo ponerme triste y decir, que me basta
con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres también, puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu dios, tu asesino.

O tal vez esa sombra, que se tumba a tu lado en la alfombra,
a la orilla de la chimenea, a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir, que no soy el mejor,
que me falta valor para atarte a mi cama.
Puedo ponerme digno y decir, "toma mi dirección,
cuando te hartes de amores baratos, de un rato, me llamas".
Y si quieres también, puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu "ven", tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío.

O tal vez ese viento, que te arranca del aburrimiento,
y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda.

Y si quieres también, puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe, tu noche y tu día,
tu rencor, tu porque, tu agonía.

O tal vez esa sombra, que se tumba a tu lado en la alfombra,
a la orilla de la chimenea, a esperar que suba la marea.
O tal vez ese viento, que te arranca del aburrimiento,
y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda.
O tal vez esa sombra, que se tumba a tu lado en la alfombra,
a la orilla de la chimenea, a esperar...

Joaquín Sabina

18 de noviembre de 2009

Carta abierta

Hoy terminé mal, hoy quedé muy abajo después de verte.
La verdad es que no sé qué siento por ti, pero sé muy bien lo que no siento hacia ti, indiferencia.
Si hay algo que no quiero, es verte infeliz.
No me importa si no me miras, no me importa si no me diriges palabra. Incluso estoy dispuesto a no verte ni escucharte más si por un momento me concedieras la certeza de que aprecias el ahora, que tienes lo que quieres y valoras. Me harías muy pleno si antes de despedirme te viera por última vez sonreír.
No hay nada que quiera en este momento más que verte feliz.
A pesar de que no te conozco bien y quizás nunca lo haré, creo que la parte que comprendo tuya, es algo así como la diferencia entre lo que desconozco de ti y lo que conozco finalmente de mí que veo reflejado en ti. Bien por eso, te quiero, y si tú sientes algo parecido, no nos deberíamos obligar a permanecer a toda costa junto al otro.
Me queda un mes en Argentina, y antes de irme de vacaciones a mi país, quiero que tú me ayudes a equilibrar la balanza emocional que llevo como un pesado metal dentro mío.
Por favor dime qué puedo hacer para que tu tristeza no me parta el alma.

Daniel

15 de noviembre de 2009

El Extranjero (fragmento)

En cuanto salió, recuperé la calma. Me sentía agotado y me arrojé sobre el camastro. Creo que dormí porque me desperté con las estrellas sobre el rostro. Los ruidos del campo subían hasta mí. Olores a noche, a tierra y a sal me refrescaban las sienes. La maravillosa paz de este verano adormecido penetraba en mí como una marea. En ese momento y en el límite de la noche, aullaron las sirenas. Anunciaban partidas hacia un mundo que ahora me era para siempre indiferente. Por primera vez desde hacía mucho tiempo pensé en mamá. Me pareció que comprendía por qué, al final de su vida, había tenido un «novio», por qué había jugado a comenzar otra vez. Allá, allá también, en torno de ese asilo en el que las vidas se extinguían, la noche era como una tregua melancólica. Tan cerca de la muerte, mamá debía de sentirse allí liberada y pronta para revivir todo. Nadie, nadie tenía derecho de llorar por ella. Y yo también me sentía pronto a revivir todo. Como si esta tremenda cólera me hubiese purgado del mal, vaciado de esperanza, delante de esta noche cargada de presagios y de estrellas, me abría por primera vez a la tierna indiferencia del mundo. Al encontrarlo tan semejante a mí, tan fraternal, en fin, comprendía que había sido feliz y que lo era todavía. Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, me quedaba esperar que el día de mi ejecución haya muchos espectadores y que me reciban con gritos de odio.

Albert Camus, El extranjero

14 de noviembre de 2009

Cuello

Cuando amarras tu claro cabello,
y dejas desnudo tu cuello.
Tu ya entonces tersa piel
adquiere todavía un tono más suave.
Y me das pistas como muestras fugaces
de alguna llanura de tu infinito paraíso.
Cuando sostienes esos risos sobre tu cuello descubierto,
quisiera ser yo un andariego, un aventurero
para aventurarme en esas tierras de tu reino de fuego.
Ahí comenzar mi viaje
atravesar tus fríos montes,
perderme incluso en tus bosques,
volver a respirar en tu cuello.

13 de noviembre de 2009

Encuentros

"Los encuentros no son ninguna casualidad dentro del círculo de la vida. Lo que pasa es que, la mayoría de las veces, la historia nos transforma tan rápido que frecuentemente olvidamos, ignoramos que desde el otro lado los encuentros se llaman reencuentros"

10 de noviembre de 2009

Paradojas

Si la contradicción es el pulmón de la historia, la paradoja ha de ser, se me ocurre, el espejo que la historia usa para tomarnos el pelo.

Ni el propio hijo de Dios se salvó de la paradoja. Él eligió para nacer, un desierto subtropical donde jamás ha nevado, pero la nieve se convirtió en un símbolo universal de la navidad desde que Europa decidió europear a Jesús. Y para más inri, el nacimiento de Jesús es, hoy por hoy, el negocio que más dinero da a los mercaderes que Jesús había expulsado del templo.

Napoleón Bonaparte, el más francés de los franceses, no era francés. No era ruso José Stalin, el más rusos de los rusos; y el más alemán de los alemanes, Adolfo Hitler había nacido en Austria. Margherita Sarfatti, la mujer más amada por el antisemita Mussolini, era judía. José Carlos Mariátegui, el más marxista de los marxistas latinoamericanos, creía fervorosamente en Dios. El Che Guevara había sido declarado completamente inepto para la vida militar por el ejército argentino.

De manos de un escultor llamado Aleijadinho, que era el más feo de los brasileños, nacieron las más altas hermosuras del Brasil. Los negros norteamericanos, los más oprimidos, crearon el jazz, que es la más libre de las músicas. En el encierro de la cárcel fue concebido Don Quijote, el más andante de los caballeros. Y para colmo de paradojas, Don Quijote nunca dijo su frase más célebre. Nunca dijo, "ladran sancho", señal que cabalgamos.

"Te noto nerviosa", dice el histérico. "Te odio", dice la enamorada. "No habrá devaluación", dice, en vísperas de devaluación, el ministro de Economía. "Los militares respetan la Constitución", dice en vísperas del golpe de estado el ministro de Defensa.

En su guerra contra la revolución sandinista, el gobierno de los Estados Unidos coincidía, paradógicamente con el Partido Comunista de Nicaragua. Y paradójicas habían sido, al fin y al cabo, las barricadas sandinistas durante la dictadura de Somoza: las barricadas que cerraban la calle, abrían el camino.


Eduardo Galeano, "El Libro de Los Abrazos"

8 de noviembre de 2009

Arte Latinoamericano

"La identidad no es una pieza de museo, quietecita en la vitrina, sino la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras cada día." (E. Galeano)
La cultura no es un concepto estático, lo estamos modificando constantemente en el acto. El folklore, es aquel movimiento que intrínsecamente, nos llama de m
anera activa a resistir lo que hace mucho nos fue impuesto. Mientras lo material, las relaciones, el arte, son la fuerzas dinámicas que nos van determinando cada instante, las contradicciones implícitas en ellas, es aquello que por siglos permanece siempre intacto.

*Foto: Atahualpa Yupanqui

3 de noviembre de 2009

Ordenar

Para ordenar un cuarto siempre he dicho que hay que partir botando la basura, porque entre tantos desperdicios se pierden las cosas que realmente valen la pena.
Así mismo es con la vida, cuando pasan los meses con recuerdos llenos de mierda, es bueno pasar de vez en cuando la escoba, botar de una vez las emociones y esos malos momentos que tanto te estorban.
Sólo así se recuerda que las cosas suceden de manera cíclica, que todo malestar tiene su final, que cada cierto tiempo viene el respiro como un señor de la limpieza, ayudándote a botar la basura y rescatar todo lo bueno del mes anterior.
Si bien, tampoco hay que obligarse a ser todo el tiempo feliz, es importante mirarse uno el ombligo, pues todo cuarto tiene sus partes oscuras llenas de polvo, y una que otra pulcra entrada de luz.

2 de noviembre de 2009

Octubre

A Octubre le llaman el mes sin brazos porque nunca se compromete con nadie. Octubre se cayó un día a un pozo y ahí se quedó, en el barrio dicen que nadie lo quiere sacar en realidad. Octubre perdió la memoria, cree que siempre ha vivido entre la sombra y la oscuridad. La leyenda cuenta que Octubre come tanta tierra cada año que se va muriendo de obesidad, aún no se sabe si finalmente muere producto del hambre o le nacen ganas de escapar.