28 de abril de 2010

Genealogía de la Amistad, una quinta vía para compartir el mate.

El fenómeno de la Amistad

Debería ser tomado explícitamente como un elemento a desarrollar por la disciplina sociológica, incluso sería interesante por ejemplo, encontrar un factor diferenciador que trascienda la materialidad de las relaciones humanas para describir la forma en que se estructura el fenómeno social de la amistad y las condiciones que lo forjan, una hermenéutica.
Bien creo que al analizar el concepto comenzando desde una óptica durkheimiana, nadie resulta completamente objetivo, indiferente e imparcial para indagar en el tema, pues no existe persona alguna que se defina a sí mismo como una persona sin amigos o bien quien le sea indiferente la amistad. Tal vez, es importante adoptar hoy partido por una postura, ya que parece ser esa supuesta seriedad profesional, un error epistemológico que históricamente nos ha abordado en cuanto a la aplicación nuestro método investigativo, el hecho es que resulta imposible la no implicación con el objeto de estudio.
Hoy además de acariciar una perspectiva crítica en cuanto a la genealogía de las instituciones sociales, podemos también nombrar elementos comunes que forjan una relación social definida como amistad. Generar deducciones que se elaboren en torno a un conjunto de investigaciones que ha desarrollado la sociología contemporánea que tienen que ver en específico con determinadas redes sociales creadas en base a habitus sociales, capitales culturales, personalidades a fines, compatibilidades psicosociales, etc.
Vamos a abrir un poco la mirada, quitarle naturalidad a este elemento cultural, y definir a la amistad como algo socialmente creado. Simplemente es plantear el hecho de que no es casualidad hacer amistad con un determinado tipo de sujeto, sino que está determinado por relaciones de poder, instituciones sociales, y rasgos psicoanalíticos...
Hoy podemos incluso hacer un análisis histórico social para analizar los grandes movimientos gremiales, partidos y colectividades políticas, incluso, definir alianzas, ideologías, movimientos artísticos, sentido de pertenencia a una clase social o bien a una nación, lo cierto es que el gran dinamismo de la sociedad se debe a relaciones sociales de tipo productivo, que se estructuran en torno a movimientos de masas conformados por personas con sentidos afines.
Si observamos la sociedad actual podemos distinguir claras diferencias con la sociedad a principios de la modernidad, hoy bajo un capitalismo mucho más avanzado las relaciones sociales se desarrollan bajo contextos mucho más acotados, en donde forjar una amistad o crear un movimiento social integrador se vuelve mucho más difícil, de algún modo el sentido atomizador sobre el cual ha operado la divisición social del trabajo en el último siglo, ha hecho que las relaciones sociales se estrechen y el sentido identitario se vea perjudicado, y el individuo como tal se pierda bajo un conjunto de instituciones socialmente creadas cuyo objetivo sea desintegrar al individuo, mutilarlo para categorizarlo y estructurarlo de manera productiva.
Mi pregunta surge ahora, ¿Se están terminando acaso las relaciones sociales como grandes movimientos de masas? ¿La amistad se forja tan sólo con el compañero de oficina? ¿Es la amistad una intitución que se va prontamente a exterminar como tal, producto de falta de tiempo? ¿Se vuelve la amistad superficial? ¿Es posible crear mayor sentido de pertenencia por medio de la amistad, forjar movimientos sociales y crear proyectos a fines?
Sólo surge a partir de esto, una certeza, que sin amistad el mundo se estanca y las relaciones sociales se pierden, las contradicciones de clases se esconden... y los individuos se deshumnanizan.
Entonces la pregunta del millón... ¿SOMOS AMIGOS O NO SOMOS AMIGOS?

Daniel Salgado Núñez