25 de septiembre de 2009

Muerte Revolucionaria

Para el hombre revolucionario no existe el fin. Una vez que el revolucionario muere sabe que su idea perdura. Sabe que las ideas combativas son infinitas, como palabras y poemas que comienzan y terminan más allá de él. Para el revolucionario la muerte no es incertidumbre cuando cree firmemente en otro mundo, cuando sabe que la lucha continúa día a día, reproduciendo esperanza, reproduciendo lo que es para el joven energía.
El hombre revolucionario no valora la vida, mas no sea esta evidencia de contradicción, sabe que no hay nada que valga la pena si no fuera camnio de revolución. El revolucionario siempre muere joven y con una sonrisa, muere convencido de su vida, del contexto, de su lucha. El hombre revolucionario es tan sólo un hombre, un sujeto seguro de lo que es y de lo que vendrá.

24 de septiembre de 2009

El poeta típico

El poeta típico se sabe más típico que poeta...
El típico poeta está convencido hasta las entrañas de su historia, y de lo tristemente rápido que pasan las semanas y los días. El inmenso dolor de un sentimiento agobia hasta el tercer ventrículo de su corazón. Es el esfuerzo inherente del poeta por transformarse en un todo, mientras una inexpugnable fuerza lo tienta a estar a solas junto a vos. Muy seguro de que no existen causas perdidas, que los sueños no son simple producto de los libros y la imaginación. Está convencido que la mujer de quien se enamora es más que una compleja argumentación. Bien sabe que la relación de letras existe, que las palabras no son solo palabras y la distancia de cartas no es lejanía, sino un ancho puente de infinita comunicación. Y el poeta es el más típico poeta cuando sus frases son semillas diversas, y la mujer en quien cree es su tierra, su mundo, donde florece hasta la más última bella flor. Atípicamente afirma con fuerza que en las relaciones no hay nada escrito, mas no hay recetas ni fórmulas para solucionar el problema del amor. Si fuese yo poeta típico te diría que el más típico poeta no se cansa de las letras, y que se conoce más típico que poeta. Bien sabe lo que sucede y que te quiere a vos.

17 de septiembre de 2009

Die Küss


"El beso no terminaba. La boca femenina se demoraba en la suya, seguía jugueteando, insistía, cautivaba, se adueñó de sus labios con fuerza y avidez, se adueñó de su sangre y lo despertó hasta en lo más hondo, y en el largo y mudo juego, aquella mujer morena, adiestrándolo poco a poco, se entregó al muchacho, le dejó buscar y encontrar, lo enardeció y apaciguó su ardor." (Hermann Hesse - Narciso y Goldmundo)

La arqueología de la elección

Cuando nos sacaron, nos ubicaron directamente en cajones de propiedad, nos silenciaron y ocultaron a todos por igual. Cuando nos expulsaron y no teníamos dónde ir, fuimos extranjeros en nuestra antigua tierra. Cuando nos apartaron, les pagamos con trabajo por vivir en su suelo. Nos ubicaron a cada uno en una sección de la fábrica, nos dijeron que eso se llama trabajo asalariado, que se tiene que hacer eso necesariamente para vivir. Nos convencieron que la vida se vive mejor con dinero, nos murmuraban que el dinero es magia que te da poder por sobre los demás. Nos enfrentaron, nos hicieron pelear entre nosotros, cuando no lo hacemos nos dicen que es la moral. Nos convirtieron en proletarios, fuimos explotados, enajenados del resto y de la tierra. El capital nos convirtió en objetos, nos convenció que el dinero es poder, dios, padre y pan. Aún hoy nos tratan de convencer que existe lo que se llama ética, todavía nos dicen que hay cosas que elegimos.

8 de septiembre de 2009

Resistencia

Imagina que estando en el infierno, una roca gigante te aplastara mientras subes el monte del olimpo. O que una enorme serpiente te engullera cuando nadas en el mar del olvido. Eso es cuando una ideología, un padre, o un dios, te somete al principio de autoridad. Cuando una cadena de ideas ata una por una las extremidades de tu mente.
Por el simple acto de mantenerte en pié, reflejarías para el resto una persistente imagen de guerra sin paz, de aunténtica lucha y arte, de un permanecer siendo y no estar. Pero nuevamente la historia nos aplasta como una avalancha, y un corazón agerrido se ancla a las tierras de su infierno queriendo que las cosas permanecieran siempre igual.
Luego de la avalancha, la roca y la serpiente vienen de nuevo, mayores y más fuertes, con la incipiente intención de aplastar y engullir. Pero el hombre lleva ya mucho tiempo sometido a esta maldición, ya es uno con la tierra, por más que se intente no perecerá.

4 de septiembre de 2009

M.A.

Anoche soñé que frente a tus ojos era un ser bello y que existían palabras que decían sólo lo que tú querías oir. Soñé ayer que manejaba el tiempo a mi antojo, dejándo aquel momento congelado para siempre. Soñé que era un dios, y que transformaba el mundo hasta dejarlo a tu medida.
Es triste pensar ahora en las limitaciones de uno, es triste saber que lo de ayer fue sólo un sueño, que las personas nos movemos y cambiamos para nunca volver a ser los mismos.
Añoche soñé que existía una mujer perfecta en el mundo y esa eras tú.
Soñé que en una ciudad llamada Buenos Aires estuvo de paso una mujer perfecta. Por causas del azar, hizo una escala en la ciudad del tango y brindó a este corazón un suave suspiro, que estará presente de hoy en adelante para siempre.
Es una historia sin explicación, sin un por qué. Hoy no existen motivos, causas ni razones, para exiplicar el suplicio de no poder volver atrás.
Si hasta entonces, nunca me ha gustado tanto un ser humano, es porque la historia lo ha querido así..