26 de junio de 2010
La princesa y el volcán
19 de junio de 2010
Calle
Érase entonces otra madrugada como muchas, los primeros rayos de sol estaban recién comenzando a negar esa triste noche de invierno. La neblina matutina cegaba hasta las vistas más optimistas, pues no quedaban esperanzas de un cambio, menos de movimiento una vez que el frío entraba en forma de humedad paralizando las entrañas del más abrigado mendigo. Era martes 13 del decimosegundo Julio de mi vida, no era la falta de luz, no era el viento desgarrador, no era el no tener techo, no era el hambre ni la soledad, las que teñían con opacos tonos de muerte mi lecho.
Me estremece la idea de que voy a morir, un miedo desgarrador atraviesa mi cuerpo, la sola idea de enfrentarme a la muerte me arranca de cuajo el corazón cuando pienso en el fin, dejar de existir es algo que me atormenta, por eso vivo así, alargando mi vida sin un sentido, sufriendo, sacrificándome sin un por qué...
"Para aquel que ve una espada desenvainada sobre su impía cabeza, los festines de Sicilia, con su refinamiento, no tendrán dulce sabor, y el canto de los pájaros, y los acordes de la cítara, no le devolverán el sueño, el dulce sueño que no desdeña las humildes viviendas de los campesinos ni una umbrosa ribera ni las enramadas de Tempe acariciada por los céfiros."
14 de junio de 2010
Baby can I hold you
Sorry
Is all that you can't say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like sorry, like sorry
Forgive me
Is all that you can't say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like forgive, me forgive me
But you can say baby
Baby can I hold you tonight
Maybe if I told you the right words
At the right time you'd be mine
I love you
Is all that you can't say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like I love you, I love you
11 de junio de 2010
6 de junio de 2010
Escorpiona
Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda… —¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?
Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma: —Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo. Y entonces, la rana se dirigió al escorpión y le dijo: —Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río. El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.
Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle: —No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir. Y entonces, el escorpión la miró y le respondió: —Lo siento ranita. Es mi esencia. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme. Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.
Esopo (Αἴσωπος) - escritor de fábulas griego
Moraleja: "La inexperiencia del escorpión provoca que éste no sea tal vez consciente de la potencia de su veneno o bien que simplemente no tenga la madurez suficiente para ponerse en el lugar de la rana"