Miré pero no pude ver.
Escuché sin incluso oír.
No descifré el código secreto
no entendí siquiera un mensaje
menos pude captar la lejanía...
Sus cálidas palabras en mis oídos
vacías de contenido me advertían
no seguir adelante con el plan...
No dirigir más allí mis sentidos,
en su rumbo no iba mi destino.
Y tenía novio...
Me arrepiento hoy, de nunca
siquiera aquel día,
haberle entendido.
30 de septiembre de 2008
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