4 de septiembre de 2009

M.A.

Anoche soñé que frente a tus ojos era un ser bello y que existían palabras que decían sólo lo que tú querías oir. Soñé ayer que manejaba el tiempo a mi antojo, dejándo aquel momento congelado para siempre. Soñé que era un dios, y que transformaba el mundo hasta dejarlo a tu medida.
Es triste pensar ahora en las limitaciones de uno, es triste saber que lo de ayer fue sólo un sueño, que las personas nos movemos y cambiamos para nunca volver a ser los mismos.
Añoche soñé que existía una mujer perfecta en el mundo y esa eras tú.
Soñé que en una ciudad llamada Buenos Aires estuvo de paso una mujer perfecta. Por causas del azar, hizo una escala en la ciudad del tango y brindó a este corazón un suave suspiro, que estará presente de hoy en adelante para siempre.
Es una historia sin explicación, sin un por qué. Hoy no existen motivos, causas ni razones, para exiplicar el suplicio de no poder volver atrás.
Si hasta entonces, nunca me ha gustado tanto un ser humano, es porque la historia lo ha querido así..

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