2 de agosto de 2008

Chile desde arriba


Hay algo que huele mal aquí...
La maquinación del ser humano en torno al poder, nos llama a pensar en la maldad intrínseca de él, pero eso no es cierto, no lo puede ser. Esto, es tan sólo un descarrilamiento momentáneo en el actuar del humanismo político deshumanizado que se suicida, pone en jaque a la misma política chilena devota del mercantilismo. xD
Los políticos en Chile son algo demagogos y engañan a la gente pobre a su antojo, es cierto... Promesas falsas, falsas esperanzas, represión, y una linea de discusión muy similar por parte de ambos bandos de la gobernación, son pan de cada día.
Quisiera dar un manifiesto de superficialidad y demostrar como la identidad chilena se sigue destruyendo, y como la cultura nunca más va a tener la misma potencia del siglo pasado, pero no lo haré. Con nostalgia hoy leo a Huidobro, Neruda y Mistral. Escucho a Victor y Violeta. Me da pena... pensar en ellos, en sus ideas y verme a mí y a mi mundo, superficial, falso...
El sistema neoliberal sepulta a Chile poco a poco y su cultura original muere, así como mueren hoy las artes, el deporte, la educación, el pueblo mapuche y el trabajador.
Por nombrar sólo datos superficiales, el mundo de nuestros artistas, aquellos que creaban la identidad chilena esta perdido. No es por ser fatalista, es puro testimonio de la contingencia actual. Hoy se premia más una figura y la materialidad de las personas que su contenido intelectual y espiritual, el sistema nos hace ser excesivamente superficiales, la imagen desde hace rato importa más que las ideas. Eso es lo que me da lata a mí, pues disfruto de la poesía, la música, los cuadros, el humanismo y la sociedad creadora, productora de identidad y originalidad.
Un simple ejemplo de la crisis de contenido actual, son los políticos, el hecho de ocupar - la terminología de la política y mirarla como algo ajeno, ya muestra una flaqueza, ocupar el término de "los políticos" -. Se acercan las elecciones municipales y lentamente las presindenciales, y la imagen política se vuelve lo trascendental para determinar el voto de la gente, son muchos hoy los que votan por la pinta del político sin importar mayormente sus capacidades, y mucho menos su ideología. Con suerte, el sujeto elegido tiene que saber leer, permanecer a un partido de coalición - y por ende, mover a las masas artificialmente - , tener una indiscutida capacidad ante los medios de prensa y el poder de regalar una buena sonrisa para la foto que cumple el rol de hostigar a la gente durante la campaña. Atrás, a quedado ya el político estatista, el líder natural, el caudillo, el hombre capaz, y el político del siglo XX.
No quiero decir que esto sea bueno ni malo, es lo que es, y nada más. Los políticos en Chile, dejaron de ser políticos hace rato, ya no existe por ejemplo, "la carrera política", se llega al poder con arreglines entre el círculo de amigos y ahora, por sobre todo, gracias a numerables apariciones en los medios de comunicación, en el termómetro y estado nacional. Hoy cada vez los políticos se esfuerzan más por aparecer en la tele y en los diarios, no se les culpa por ello, es la manera de hacerse conocidos...
Por otro lado, hoy podemos percibir con mucha claridad el discurso vacío de contenido por parte del gobierno y todos los partidos. La mayoría de estos deben tener a gente ser un poquito más educados que la gente que les vota - educada en la educación pobre (privada y pública) -. Más importa que hable bonito el candidato a, que sepa darle coherencia y consecuencia a su futuro mandato.
- Creo que el texto es pura crítica... que se le puede hacer soy joven, y digo lo que quiero acá...
Se terminó la parte periodística y ahora viene la parte sociológica...
Todo aquel que se ha leído a Freud o a Fromm, sabrá que se ha implantado profundamente al interior de la sociedad chilena, una ética autoritaria generalizada en torno a un ideal común y de tinte moral como lo es la ilusión del libre mercado. - Voy a tratar de ser un tanto imparcial para referirme a ello - . Hoy la gente vive en una "neurosis social con aires de obsesiva", es cierto que la gente, en especial la más pobre materialmente, 70% de la población que no le alcanza siempre para el pan, vive pensando y teniendo firmes esperanzas en lograr surgir gracias a su propio esfuerzo, estas personas pasan mucho rato culpando al sector público la mayor parte de su tiempo por los problemas que les afectan - críticas hechas en justa medida por supuesto -. Son una gran masa consumista poseída por el mercado, que sabe más el nombre de todas las modelos de la farándula, antes de conocer el nombre del presidente de la cámara de diputados. Pero eso da igual, la gente por algo actúa de esa manera...
Es curioso, pero la gente en Chile busca, según las condiciones y las oportunidades que tiene a su alcance, ser un poco más libre de los sistemas represivos que los agobian, el trabajo, el liceo, drogadicción, y problemas sociales del más amplio espectro.
El discurso político, - no solamente desarrollado por un sector de la población - más bien desarrollado por toda la sociedad chilena, nos muestra como en todo estrato social, el debate en torno a la política y el gobierno habla de que el sector público es ineficiente, que es muy pequeño, no satisface a la gente, por ello hay que quitarle atribuciones.... No hay ni una muestra de cambio ni cuestionamiento constitucional, que gire en torno a los valores que guían nuestra nación, no hay contenido más allá de mirarnos el ombligo cuando las voces de crítica más amplias surgen de sectores con intereses privados y de aquellos pobres hombres que están influenciados por ellos.
La clase política está en crisis, por algo.... Por que el juego neoliberal lo provoca, y no esta mal que eso ocurra, pero fundamentemos de mejor manera el discurso crítico...
Acá el legado de Pinochet esta más vivo que nunca, y son muy pocos los que se dan cuenta, - dentro del círculo de políticos de la concertación, no hay ninguno, que se haya percatado de la redondez del juego del mercado -. La economía de libre mercado,hizo caer redondito a la política chilena hace rato. La constitución chilena a impuesto detalladamente como debemos actuar, como el sector público debe disminuir, tener menos atribuciones y ser el culpable de todo. El país esta en bandeja para el empresariado, para los medios de comunicación y para cultivar trabajadores apropiados y relativamente disciplinados que obedezcan a la moral del mercado, que sigan creyendo de manera neurótica que la democracia directa y el sistema neoliberal - con leyes constitucionales que los perjudican directamente - van a ser la solución a los problemas.
El país cree que hoy un tecnócrata, no un político -recordemos que políticos ya no quedan en Chile - puede hacer mejor las cosas, y esto no pasa hoy, ni ayer, ni mañana, esto está radicado en la cultura chilena desde hace mucho tiempo.
Incluso antes del golpe, Allende como muchos, intentó luchar contra un sistema que atentaba contra el trabajador, y que le imponía normas de conducta, y lo reprimía de manera brutal.
"El señor de la querencia" sigue atentando, los valores latifundistas siguen presentes por parte de las esferas de poder, el trabajador sufre de todo, pero nadie se da cuenta de él.
Miren con detención, y se darán cuenta que todo está impuesto desde arriba. Más que en cualquier otro país, las formas educación, los valores familiares, la religiosidad, el ejército, las normas penales y civiles, las formas de producción, el sistema económico, la localización demográfica de la población - la ciudad de santiago en sí, está construida entorno al ideal de los estratos sociales más ricos - .
Es poca la gente que tiene conciencia de ello. Pero Chile es un país construido desde arriba hacia abajo y eso no me enorgullece.
Pablo Neruda, Violeta Parra, Victor Jara, hoy tocan mi oído y mis sentimientos de manera más viva que nunca. Sus pensamientos críticos siguen vigentes, la creación chilena de identidad folcklórica sigue estando en mi corazón, dándome libertad y combatiendo firmemente la imposición de ideas ficticias neoliberales.
Hoy me doy un lujo, me olvido de todo, imaginándome un Chile con otra historia, dónde los pobres tengan voz, y la crítica tenga oídos para alimentar el pensamiento revolucionario....

Daniel Salgado

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