15 de julio de 2009

Pour Toi

Intro
Desenmascaro el reflejo marino de la más típica noche estrellada de verano, en la novena región de un país llamado Chile. Desenmascaro esa fiel señal de ventisca helada que alguna vez no tuvo sentido para mí, aquel clima crudo y frío que sin titubeos ahora se pasea y vocifera tu nombre sin remordimientos.
Cuando viajo al sur, desde el pacífico se escuchan tus risas desenfrenadas que rompen el silencio de la noche. Entre montañanas religiosamente vestidas, se pasea llegando desde la distancia el cobijo inmenso de la madrugada, pero se perturba rápido el paisaje preso de las ansias por tenerte y la calma se estremese siempre cuando pienso en tí.

I
La soledad es la fina señora del final de los días, que el inconciente que vaga sereno desplaza como el viento bajo las noches de luna llena. Que a pesar ahora de ser llena, vacía fuera si en ella abundaran aullidos por racionalidades que no son más que destapes exhuberantes que responden al sentido de la ciencia. Esas son sólo cifras de estrellas en el firmamento, que sobran durante los atardeceres y sin coherencia con el contexto, se quedan sin respaldo ni cuerpo cuando son agobiadas por la grandeza de un alma revolucionaria que late al rededor de un todo.

II
Si estás pendiente de un no sé qué, de un no sé cómo. Créeme que tampoco tengo la satisfacción de saber. No podría decirte cómo se quiere cuando se quiere, ni menos señalarte para qué se quiere. Pero dicen que palabras sacan palabras y sensaciones yerguen sensaciones.
En general, mudos y vagos son mis sentimientos en palabras, como una orquesta sin instrumentos, como la compañía de un abrazo sin brazos o el calor de un beso sin labios.
No me pidas nunca más coherencia ni consecuencia, pues dicen que el amor de los amorosos es irracional. Como quien se baña en pleno invierno en el mar, como quién despierta de noche para seguir durmiendo y nuevamente madrugar.

III
No me sorprenderé si un día no me abrazas ni me besas, yo te dejo quieta en el vaiven de tus letras, entre los escritos que son tus señales eternas. Tú no te alarmes si un día no logras hilar frases, si la gramática esta vez no la hace el poeta. Si el sentido de tus palabras parece estúpido o si tus palabras llegan a estúpidos sin sentido.
La sorpresas y el detalle en este tren, serán nuestros segundos compañeros de asiento, se dice que estos alumbran a los pasajeros de un viaje que simula ser la vida sin un rumbo, la aventura sin maletas.

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