12 de julio de 2009

Un caballero no tiene memoria

En el hombre, el olvido habita en un lugar localizado entre la oreja izquierda y la manzana de adán, se ubica dos centímetros partiendo desde el borde del hueso de la mándibula y a contados milímetros desde la última glándula salival hacia la superficie.
El amor en tanto, se localiza en pleno cerebro, más precisamente en el bulbo raquídeo, de forma paralela, medio centímetro hacia la izquierda del olvido. El amor se aloja plácidamente en la mecedora de la columna vertebral, entre los cómodos cojines de la médula espinal. A veces, producto de esta anatomía surjen problemas, pues el amor la mayor parte del tiempo duerme y, mientras se encuentra en profunda siesta, se menea víctima de algunos particulares movimientos del esqueleto.
Dicen, que el esqueleto del hombre se agita de forma extraordinaria durante sexo, ya que, tanto el fémur como las caderas tienden a provovar un tipo de oscilación singular en todo su cuerpo. Sin embargo ahora, para resumir es conveniente decir que este movimiento hace que la columna tiemble desde la parte inferior partiendo del cóccix, subiendo hasta el mismo cráneo y el cerebro.
Por supuesto que con el sexo, el bulbo raquídeo se mueve haciendo que el amor no permanezca aletargado, éste, de manera particular se tambalea contínuamente desde la derecha hacia la izquierda chocando de manera irremediable con la casa del olvido, que normalmente se ubica a medio centímetro de su lugar de descanso.
Y es de ahí que proviene el dicho, un caballero no tiene memoria.

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